El baile prohibido
Escrito por saokolatino el 16 enero 2019
A lo largo de la historia son muchos los bailes que han sido mal vistos por considerarse inmorales o inapropiados, al punto incluso de ser prohibidos. Estos bailes que han sido vistos con malos ojos son muy variados musicalmente hablando, unos son rápidos otros más lentos, pero lo que todos tienen en común es que cada uno de estos traía consigo alguna característica nueva para el baile.
Por ejemplo, en el siglo XVIII en las colonias europeas en América se prohibieron los bailes en los que se mezclaban las diferentes clases sociales y razas por considerarse inapropiada dicha mezcla. Del mismo modo, se prohibieron los bailes con máscaras porque daban pie a actos inmorales.
Un siglo después los colonizadores prohibieron las danzas de los negros, ya que al no comprender sus letras y desconocer sus rituales los consideraban perversos y diabólicos. También el candombe, que era una danza de esclavos de la zona del Río de la Plata en Argentina, fue prohibido puesto que este incluía una especie de coronación de un rey y una reina, lo cual resultaba amenazante para los colonizadores.
Pero no solo los negros y esclavos eran víctimas de vetos, en Europa el vals causó revuelo porque a diferencia de otros bailes de salón, este pone a las parejas frente a frente, con el hombre tomando a la mujer por la cintura y mucho más cerca de lo acostumbrado. ¡Un escándalo! Sin embargo, los europeos en América disfrutaban del vals con más libertad, lejos de las miradas inquisidoras y conservadoras.
Si el vals resultó escandaloso, el tango generó muchas más críticas. Un baile en el que los cuerpos estabas mucho más pegados y con movimientos tan insinuantes solo podía ser algo de prostitutas y proxenetas y por un buen tiempo estuvo vetado y muy mal visto.
Ya para 1920, nace el charlestón en Estados Unidos y una vez más los más conservadores condenan este baile al alegar los movimientos de brazos y piernas, aunados a la vestimenta utilizada, resultaban muy provocativos e inmorales. Lo mismo ocurrió varios años más tarde con la aparición del twist, los argumentos eran muy similares, pero además, se le consideraba peligro puesto que podía causar lesiones corporales.
Pero este tipo de pensamiento no es algo único de épocas antiguas en las que las personas eran más cerradas. En la época moderna también se han condenado varios ritmos; por ejemplo, la lambada. Este popular baile propio de Brasil fue un gran boom en la década de los 90. El baile ganó popularidad rápidamente, pero del mismo modo fue duramente criticado por lo cerca que bailaban las parejas y la manera como se presionaban las caderas, incitando así a tener sexo.
Por otro lado, el reguetón, o el perreo como se le llama al baile, ha sido mal visto en todo el mundo. En este caso no se trata solo de la manera de bailar, en la que se puede notar claramente la similitud con el acto sexual, también las letras de las canciones son sumamente sugerentes. Sin embargo, con el tiempo el ritmo ha evolucionado: las letras hablan menos de sexo, los golpes de la música son menos fuertes y el baile se ha “suavizado”—o quizás es que nos hemos acostumbrado.
Más recientemente, apenas el año pasado, la champeta, en Colombia, dio mucho de qué hablar cuando se generó toda una polémica con este ritmo que llegó hasta el gobierno. Un grupo de persona, algunos políticos incluidos, consideran que este baile incita las violaciones y los embarazos no deseados, por lo cual se prohibió para los menores de edad en Cartagena.
Sin duda, tras la aparición de cada nuevo baile hay también y nuevo escándalo por iniciar.
Aurelena Ruiz @aurelenar